martes, 9 de febrero de 2016

¡Qué grande es el cine !

Audios extraídos del programa que en su día emitiera TVE. Presentado por josé Luis Garci y con la participación de tres contertulios en la que comentarán la película y detalles interesantes sobre la misma. Programa que se emitió en TVE desde 1995 a 2005 El audio se divide en dos partes: - Introducción: Donde se presenta la película y se dan detalles que puedan ser de interés para disfrutar de la misma. 15 minutos aprox -Coloquio. En el se debaten las cosas más relevantes de la película ofreciendo detalles de todo tipo: bibliográfico, actores, directores, apartado técnico,...
http://www.ivoox.com/podcast-que-grande-es-cine_sq_f111599_1.html

jueves, 12 de abril de 2012

Con faldas y a lo loco

Años 20. Dos músicos, Joe (Tony Curtis) y Jerry (Jack Lemmon), después de presenciar la matanza del día de San Valentín en la fría y ventosa Chicago, deciden camuflarse como mujeres en una orquesta femenina que viaja con destino a la soleada y cálida Florida....
Gloriosa farsa, sensacional juego de falsas identidades en la cual Billy Wilder se sirve de la parodia del cine de gángsters para filmar una de las mejores comedias de la historia del cine. Escribe junto a su habitual colaborador I. A. L. Diamond un guión, al que no le sobra ni una frase, todo es un perfecto engranaje para situar las peripecias de la travestida pareja dentro de un sinfín de situaciones desternillantes, hilvanando con maestría una escena detrás de otra, ofreciendo una lección de agilidad narrativa y mostrando una humorística visión de la época de finales de los felices años veinte, dotada siempre de referencias, ya sean políticas como la ley seca, ya sean culturales en las citas a los ídolos del cine mudo Rodolfo Valentino y Ramón Novarro o al cantante Rudy Vallee.


Asimismo y a ritmo de jazz, la película destila una maligna visión del hombre desde el punto de vista femenino.
Jack Lemmon y Tony Curtis están espléndidos en sus papeles, convirtiendose el primero en uno de los actores fetiche del director de origen austriaco. Marilyn, vestida por Orry-Kelly, que conseguiría el Oscar al vestuario por esta película, vuelve a demostrar sus magníficas cualidades como actriz de comedia y a cantar con su tenue dulzura, temas clásicos como "I wanna be loved by you" o "I'm through with love".
El gran George Raft se autoparodia representando el papel de gáng
ster que tantas veces había encarnado en los años 30, entre ellos en "Scarface" de Howard Hawks, junto a Paul Muni.
"Nadie es perfecto", la popular frase final dicha por Joe E. Brown, que interpreta a un añoso y simpático millonario que vive una estrambótica relación amorosa con Jack Lemmon (el baile entre ambos de "La cumparsita" es un sublime momento cómico), pone fin a esta obra maestra de un director verdaderamente extraordinario.

jueves, 29 de marzo de 2012

Un actor

FEO, FUERTE Y FORMAL

Me han pedido escribir un artículo sobre él y no lo he podido resistir, que lo voy a hacer si es mi héroe, el caso es que una vez puesto a ello, lo que pensé que iba a ser un paseo y que las palabras fluirían sin contención ha terminado por ser una de las cosas más difíciles que recuerdo haber hecho, y es que si habláramos de un actor o director al uso, seguramente me hubiera resultado más sencillo, pero tratándose de quien se trata, hablamos de mucho más que de cine, el es el tío Ethan, es Rooster Cogburn, el es sencillamente… América.

Me he permitido el lujo de no decir su nombre en todo el escrito y van ustedes a ver como no es necesario, salvo que sean muy jóvenes (ellos se lo pierden) y aún así, créanme si les digo que van a saber de quién se trata en pocas palabras más.

Si sugerimos que nuestra imaginación juegue a pensar en un personaje mítico que represente la historia del cine, muchos pensaremos en él, pero serán muchos los que salgan a relucir y seguro que todos serán merecedores de ello, si matizamos con un pueblo fronterizo, su inseparable Winchester y un caballo (que parece minúsculo junto a sus corpulentos 1,95m), no hay lugar a dudas, es seguro que ya lo tiene. Y es que algo tan sencillo como verle andar, su modo de empuñar las armas o su sola presencia ante una mujer, hablaban más que el mejor de los guiones.

En este sentido mis recuerdos se remontan a no hace mucho, en la película contemporánea “Una Jaula de grillos”, un personaje de exagerado amaneramiento hace una magistral imitación de sus andares, lo que dejaba en evidencia que solo él podía permitírselo.

Sus películas eran un mero medio para su lucimiento y fueron creadas para que Duke se ganara al público desde el primer minuto, tanto la muchas veces superflua trama como su previsible final no ensombrecieron nunca ese objetivo y dejaban poco a la imaginación, realmente no necesitaba más y no habríamos aceptado otra cosa, ¿Hay algo mejor que una peli suya el sábado por la tarde?.

Participo en más de 200 películas y casi todas de protagonista, la mayoría son western y aunque desgraciadamente no he podido ver todas, creo recordar tan solo una en la que al final descubres que ha hecho algo despreciable (aquí se llamó “Piratas del Mar Caribe”), e incluso en esta no dejas de pensar que se trata de un error y esperas y esperas a que al final de un giro que solucione la papeleta, y esto lo haces cada vez que la ves pensando, deseando que alguna vez ocurrirá…

Hablar de él sin mencionar a John Ford sería casi un sacrilegio, con lo que de este modo he cumplido, sin Ford es posible que no hubiera sido el mismo, pero seguro que sin él, Ford tampoco.

Alguien dijo sobre él que “lo que es bueno para él, es bueno para el Oeste, y por extensión bueno para el país”, aunque supongo que en los países que han sufrido el imperialismo gringo no aprecien el esplendor que su figura representaba.

No era musculoso ni guapo, al menos en los estándares que hoy en día se nos han establecido, difícilmente llegaría a hacerse un hueco en una cultura cinematográfica en la que el western ha pasado a mejor gloria, pero no solo por eso, en una época de héroes “metrosexuales” que justifican su hombría solo a base de llenar la pantalla de sangre, sexo y palabras malsonantes, dejarían poco espacio a un hombre al que no le durarían ni los títulos de crédito, ninguno de ellos, no digo ya su costumbre de ser galante con las damas, ¡que desfachatez!.

Juan José Barrancos

lunes, 12 de marzo de 2012

Pelis más votadas

4 - Rebeca (1940) - Alfred Hitchcock.
"Ser o no ser" (1942) - Ernst Lubitsch.
El gran dictador (1940) - Charles Chaplin.
El crepúsculo de los dioses (1950) - Billy Wilder.
Luces de la ciudad (1931) - Charles Chaplin.
M, el vampiro de Düsseldorf (1931) - Fritz Lang.
Las uvas de la ira (1940) - John Ford.
La parada de los monstruos (1932) - Tod Browning.
Sopa de ganso (1933) - Leo McCarey.
Amanecer (1927) - F.W. Murnau.
Ladrón de bicicletas (1948) - Vittorio De Sica.
Los olvidados (1950) - Luis Buñuel.
Amancord - Federico Fellini.
Cumbres borrascosas - William Wyler.
3-Lo que el viento se llevó - Victor Fleming, George Cukor y Sam Wood.
2 -Desayuno con diamantes - Blake Edwards
2 - Cyrano de Bergerac - Augusto Genina.

La dolce vita - Federico Fellini.
2 - Matar a un ruiseñor -Robert Mulligan.
2 -Ciudadano Kane - Orson Wells.
2 -Gigante - George Stevens.
2 - La gata sobre el tejado de cinc - Richard Brooks .
2 -Nosferatu (1922)- F.W. Murnau.
Siete nivias para siete hermanos -Stanley Donene.
Centauros del desierto - John Ford.
Arsénico por compasión - Frank Capra.
2 - La tentación vive arriba - Billy Wilder.
El mundo en sus manos -Raoul Walsh.
Rio Bravo -Howard Hawks.
Orfeo negro - Marcel Camus

viernes, 9 de marzo de 2012

Directores

John ford

Película del mes

El hombre tranquilo

Géneros de cine

Cine del oeste
Como su nombre indica, el western, o cine del Oeste, es el género cinematográfico que relata historias relacionadas con la conquista y colonización de los territorios occidentales de Estados Unidos. Una conquista que fue llevada a término a lo largo del siglo XIX por parte de inmigrantes europeos, que llegaban en caravanas para ocuparse en los tres principales negocios que brindaba esa franja continental: la agricultura, la ganadería y la minería aurífera. Enfrentados con los pueblos indígenas y con la delincuencia organizada, esos pioneros simbolizaron sus esperanzas de progreso y prosperidad en los justicieros ocasionales, convertidos en héroes gracias al folletín y a la novela por entregas. Esta vertiente literaria, heredera de la novela caballeresca, sirvió para exaltar las virtudes de pistoleros al servicio de la ley y de militares del cuerpo de caballería, pues ambas ocupaciones eran garantía de seguridad en un momento histórico sometido a muy violentas tensiones.
Si bien se considera dentro del género El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, 1915), de D. W. Griffith, lo cierto es que la primera película del Oeste es Asalto y robo a un tren (The Great Train Robbery, 1903), de Edwin S. Porter, rodada en un tiempo en que lo narrado tenía su reflejo en las páginas de los diarios. Exaltando el proceso colonizador y sus enormes dificultades, James Cruze rodó La caravana de Oregón (The Covered Wagon, 1923) y John Ford dirigió El caballo de hierro (The Iron Horse, 1924). A este último cineasta, considerado uno de los directores más importantes de la historia del cine, se debe un western que resume todas las convenciones y recursos narrativos del género: La diligencia (Stagecoach, 1939)
. Ford es asimismo responsable de una trilogía que retrataba la vertiente militar –no siempre honorable y épica- de las guerras entre la caballería y las fuerzas indígenas: Fort Apache (1947), La legión invencible (She Wore a Yellow Ribbon, 1949) y Río Grande (1950). Gracias a ese prolongado trabajo de Ford, su actor predilecto, John Wayne, pasó a convertirse en un icono viviente del género que comentamos.
Las décadas de los cuarenta y los cincuenta, animadas por la generalización en el uso del color y los grandes formatos, ofrecen un amplio número de obras maestras en lo que al cine del Oeste se refiere. En esta línea, conviene subrayar títulos como Incidente en Ox-Bow (The Ox-Bow Incident, 1943), de William A. Wellman, Sólo ante el peligro (High Noon, 1952), de Fred Zinnemann, Río de Sangre (The Big Sky, 1952), de Howard Hawks, Yuma (Run the Arrow, 1957), de Samuel Fuller, Horizontes lejanos (Bend of the River, 1952), de Anthony Mann, Raíces profundas (Shane, 1953) de George Stevens, Río Bravo (1959), de Hawks, y Los siete magníficos (The Magnificent Seven, 1960), de John Sturges.
La coyuntura socio-política de la década de los sesenta facilitó nuevas ofertas, acordes con el desencanto y el escepticismo propiciados por los acontecimientos de aquel momento histórico. Películas como Grupo salvaje (The Wild Bunch, 1969), de Sam Peckinpah, impregnadas de una violencia insólita, revisan el pasado con una amargura llena de connotaciones. Todo ello tiene que ver con un lento declive de la moda del western, convertido en un género que los directores frecuentaban en un grado decreciente.
No obstante, pese a que el cine del Oeste interesa cada vez menos al público, los creadores han insistido en la fórmula, actualizando sus tópicos y homenajeando a los artífices como Ford, Wellman y Hawks, capaces de llevar a la pantalla la épica colonizadora. De los filmes más recientes ocupados en este afán, sobresalen Forajidos de leyenda (The Long Riders,1980), de Walter Hill, Silverado (1985), de Lawrence Kasdan, Bailando con lobos (Dances With Wolves, 1990), de Kevin Costner, y Sin perdón (Unforgiven, 1992), de Clint Eastwood.