jueves, 29 de marzo de 2012

Un actor

FEO, FUERTE Y FORMAL

Me han pedido escribir un artículo sobre él y no lo he podido resistir, que lo voy a hacer si es mi héroe, el caso es que una vez puesto a ello, lo que pensé que iba a ser un paseo y que las palabras fluirían sin contención ha terminado por ser una de las cosas más difíciles que recuerdo haber hecho, y es que si habláramos de un actor o director al uso, seguramente me hubiera resultado más sencillo, pero tratándose de quien se trata, hablamos de mucho más que de cine, el es el tío Ethan, es Rooster Cogburn, el es sencillamente… América.

Me he permitido el lujo de no decir su nombre en todo el escrito y van ustedes a ver como no es necesario, salvo que sean muy jóvenes (ellos se lo pierden) y aún así, créanme si les digo que van a saber de quién se trata en pocas palabras más.

Si sugerimos que nuestra imaginación juegue a pensar en un personaje mítico que represente la historia del cine, muchos pensaremos en él, pero serán muchos los que salgan a relucir y seguro que todos serán merecedores de ello, si matizamos con un pueblo fronterizo, su inseparable Winchester y un caballo (que parece minúsculo junto a sus corpulentos 1,95m), no hay lugar a dudas, es seguro que ya lo tiene. Y es que algo tan sencillo como verle andar, su modo de empuñar las armas o su sola presencia ante una mujer, hablaban más que el mejor de los guiones.

En este sentido mis recuerdos se remontan a no hace mucho, en la película contemporánea “Una Jaula de grillos”, un personaje de exagerado amaneramiento hace una magistral imitación de sus andares, lo que dejaba en evidencia que solo él podía permitírselo.

Sus películas eran un mero medio para su lucimiento y fueron creadas para que Duke se ganara al público desde el primer minuto, tanto la muchas veces superflua trama como su previsible final no ensombrecieron nunca ese objetivo y dejaban poco a la imaginación, realmente no necesitaba más y no habríamos aceptado otra cosa, ¿Hay algo mejor que una peli suya el sábado por la tarde?.

Participo en más de 200 películas y casi todas de protagonista, la mayoría son western y aunque desgraciadamente no he podido ver todas, creo recordar tan solo una en la que al final descubres que ha hecho algo despreciable (aquí se llamó “Piratas del Mar Caribe”), e incluso en esta no dejas de pensar que se trata de un error y esperas y esperas a que al final de un giro que solucione la papeleta, y esto lo haces cada vez que la ves pensando, deseando que alguna vez ocurrirá…

Hablar de él sin mencionar a John Ford sería casi un sacrilegio, con lo que de este modo he cumplido, sin Ford es posible que no hubiera sido el mismo, pero seguro que sin él, Ford tampoco.

Alguien dijo sobre él que “lo que es bueno para él, es bueno para el Oeste, y por extensión bueno para el país”, aunque supongo que en los países que han sufrido el imperialismo gringo no aprecien el esplendor que su figura representaba.

No era musculoso ni guapo, al menos en los estándares que hoy en día se nos han establecido, difícilmente llegaría a hacerse un hueco en una cultura cinematográfica en la que el western ha pasado a mejor gloria, pero no solo por eso, en una época de héroes “metrosexuales” que justifican su hombría solo a base de llenar la pantalla de sangre, sexo y palabras malsonantes, dejarían poco espacio a un hombre al que no le durarían ni los títulos de crédito, ninguno de ellos, no digo ya su costumbre de ser galante con las damas, ¡que desfachatez!.

Juan José Barrancos